DEL AGUA SUS PECES
- El Mortero
- 28 may 2018
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 29 may 2018

Estamos entre Nemos, Doris y tiburones. Cualquiera pensaría que se trata de una película de Disney o de Spielberg, pues estamos en medio de más de 150 especies marinas albergadas dentro de uno de los cuatro acuarios del Grupo Nautilus.
Un tiburón nada en su pecera y nos causa asombro. Nunca estuvimos tan cerca de uno. Se trataba del tiburón punta negra. Nos animamos a preguntar el precio y nuestra guía María, se sorprendió mucho - ¿En serio o en broma?, no dice. Respondimos que era en serio. Nos dijo que, estaba 40 soles los grandes y 20 los pequeños, aunque ella se refería a los peluches que vendían como souvenir.
A pesar de no decirnos el costo, nos indicó que los peces de agua salada eran los que más llamaban la atención del público, pero que su costo hacía que salieran muy pocos. Aunque no se refería a los tiburones sino a otras variedades de peces que tienen allí.
Previo a iniciar el recorrido, María, nos hace apagar celulares, guardar cámaras y todos los aparatos tecnológicos. Nuestra reacción inmediata fue mirarnos las caras, pues nuestra misión no solo era conocer sobre las especies que tenían, sino también captarlos con la cámara. María, nos aclara que ese era el protocolo del recorrido, pero que posterior a él, podíamos usar todo lo que antes habíamos apagado.
Al iniciar el tour, entramos a la zona de peces de agua dulce en donde no enteramos que el paiche o arapaima era un pez prehistórico y era el más grande del planeta, llegando a medir tres metros, pesar 250 kilos y vivir hasta 40 años, y que había tenido que ser reproducido para que no se extinguiera.
Otra de las especies que vimos fue la doncella, familia del bagre, la cual usa sus bigotes para detectar su alimento, que en su hábitat natural, es otro pez. Como toda doncella, necesita cuidados especiales como el control de la temperatura del agua de 25° a 28° así como el PH de la misma, lo que la convierte en el pez más monitoreado del acuario.
Llegamos al área comunitaria, en la que se encontraban variedades de peces pequeños, que se alimentaban los unos de los otros y luego al área en la que se encontraban las rayas motoro, quienes se caracterizan por tener una cola larga que inyecta un veneno que mata poco a poco a las personas si no es tratado a tiempo, pero a pesar de ello es apta para consumo humano.
Escuchamos decir a María, lápiz y aguja y nos preguntamos en qué momento había cambiado de tema, pero nos equivocamos. Se trataban de unos peces delgados y con la punta de la boca similar a la de los objetos que nos habían causado confusión. Nos dijo que estos peces suelen nadar en la superficie y que a pesar de parecer inofensivos, eran carnívoros.
Seguimos con el recorrido y otra de las especies que más nos llamó la atención, fue la anguila eléctrica, pues justo a una de las cámaras se le agotaba la batería. María nos comenta que esta especie produce una descarga de 600 a 850 voltios y que para mantenerla han tenido que adecuar el ambiente, puesto que las descargas que emiten podrían matarnos, por lo que su pecera tenía que ser más gruesa, en comparación, con la del resto de especies. Además, que esta tiene el polo positivo en la cabeza y el negativo en la cola.
Otro de los peces presentes eran los silver plata o pez palometa cuyo tamaño era de 10 centímetros y su manera de vivir era en pequeñas cantidades de cardumen, además de poseer ese nombre por el color de sus escamas. Estos peces son familia de las pirañas y tienen cuatro dientes, dos superiores y dos inferiores, por lo que eran omnívoros, de manera que eran alimentados con filetes de pescado.
La piraña negra no podía faltar, y como si se tratara de un humano, este tipo de pez tiene niveles, agresivo, territorial y carnívoro, por lo que no convive con ninguna especie, ni con la suya, pues están a dos metros de separación de ella, ya que esa es su manera de establecer su territorio.
Creímos que volvíamos al área de las anguilas, pero no era así. Se trataban de los long fish, los cuales, a diferencia de las anguilas, no eran eléctricas, eran carroñeros, por lo que se alimentaban de peces muertos, vivían en charcos de agua, pues no tenían branquias por lo que tenían que salir cada 20 minutos a la superficie para poder respirar, además de habitar en lugares turbios.
En el acuario existen gran cantidad de peces como el pez payaso, el macana perro, monjitas, pez majestad, morena leopardo, entre otras más, las cuales se pueden encontrar en el acuario más grande de Latinoamérica Nautilus, ubicado a la altura de la cuadra 99 de la avenida Universitaria en Comas.
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