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RECORDAR ES VOLVER A VIVIR

  • Foto del escritor: El Mortero
    El Mortero
  • 14 may 2018
  • 3 Min. de lectura



Para el peruano, recordar es volver a vivir. Y si a eso le añadimos el aderezo futbolero, tal vez, solo los de canas recuerden y sonrían ligeramemente. Pero hoy, en tiempos modernos, con la tecnología de punta, muchos jóvenes pueden también recordar aquellas gestas de nuestra selección de fútbol. Videos a montón, imágenes a doquier, ¿exposiciones? Casi nulas.

Ante esto, la agencia EFE (de noticias internacionales) inauguró en el Parque 7 de Junio de Miraflores una exposición fotográfica bajo el título ‘Mundiales. Perú y el resto del mundo tras la pelota’ con más de 47 instantáneas en gran tamaño. Los peruanos – siendo más puntuales, los residentes en Lima – podemos asistir a dicho evento desde el 10 hasta el 31 de mayo e intercambiar opiniones con aquellos que sí pudieron ver jugar al Perú en un mundial. Tenemos la dicha de caminar por el colorido Parque Kennedy y vislumbrar a viejas glorias de nuestro fútbol hasta las del fútbol mundial

Retratando así, desde nuestro distintivo toque al ras del piso, jugadas de gran envergadura como el gol de tiro libre del ‘Nene’ Cubillas – considerado de los mejores en la historia de los mundiales –; el relojito de Cueto contra un par de brasileños; las salidas con clase del ‘Capitán de América’, Héctor Chumpitaz; el último gol peruano en una justa mundialista hasta cuando Zidane pierda los papeles y le propina un cabezazo en el pecho al italiano Materazzi; el golazo de tiro libre, de más de 50 metros, de Ronaldinho a Inglaterra; el golazo de Iniesta en la final del 2010 pasando por el gol con la mano de El Diego, los tacles del ‘Káiser’ Beckembauer y muchas más jugadas históricas que todos podemos conocer en esta exposición.


TIEMPOS NUEVOS


Muchos de los jóvenes que recorren las parcelas de Miraflores, o distritos aledaños, ahora separan su tiempo para ir a visitar esta grata exposición. Ya no solo es común ver a las gentes conversar e intercambiar figuritas para completar el álbum Panini. “Ahora vengo con los de mi barrio a mirar a las viejas glorias, hinchar el pecho mirando esos tiempos aquellos en que nuestros padres eran felices”, me dice un joven sonriente, que prefiere el anonimato. Me percato que en el bolsillo derecho de su pantalón sobresale la esquina superior del sobre de algún y respondo confesándole que aún no he comprado mi álbum. “¿Cómo dices? ¿Aún no tienes tu álbum? – Cambia su semblante – No eres peruano bro, han pasado 36 años para volver a un mundial, pero tú no tienes tu álbum. Sas’ pendejo”, me responde en el nuevo idioma millenial, el spanglish.

Así como mi amigo, que prefiere el anonimato, hay muchísimas personas en nuestro país. El hecho de que nuestro país haya clasificado al mundial Rusia 2018, le he cambiado la vida – o la perspectiva de vida – a millones de personas. Ya no se transita por ahí quejándose del tránsito paupérrimo, ya no se escucha a las personas conversar sobre su rutina del día, ya no se ve a los jóvenes preocupados por algún trabajo estudiantil. Ya no. Hoy los niños, si, ellos, aún no se dan cuenta del alcance que nuestra selección ha logrado al volver a un mundial. Hoy se transita por ahí conversando sobre el tema ‘Guerrero no va al mundial’, hoy se escucha a las personas debatir sobre el XI que arrancará el mundial, hoy los jóvenes están empeñados en conseguir las figuritas para completar su álbum Panini, que quién sabe en cuántos años más volverán a comprar de nuevo con la selección como partícipe. Hoy, la ocasión es distinta, invaluable, tal vez reconfortante: luego de 36 años nuestro sacrosanto himno nacional volverá a escucharse en un mundial de fútbol.

Aprendamos del pasado, festejemos nuestro presente.

 
 
 

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